IUNA-LAC
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“PETRONILA NEIRA”
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“Patrona de los
Charlatanes”
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Alvaro Salazar – Rodrigo
Zuñiga
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17/08/2012
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Análisis
del Rito y culto a Petronila Neira, santa popular de Concepción-Chile, en
base a la devoción popular y la celebración a través del teatro de masas
“Petronila Neira, Patrona de los Charlatanes”.
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Ella, el cómo y el porqué, primeros
milagros.
El día 25 de octubre de 1910, una de
las mujeres que lavaban ropa en las orillas de la Laguna Redonda –Ramiro Henríquez-,
se percataba de que flotando habían dos piernas con calzado rojo, los oficiales
de policía junto al celador de la laguna sacaban del agua a una joven con el
cuello cercenado y grandes rocas atadas a la cintura, no se sabía de su
identidad hasta que familiares acudieron al llamado de la ciudad a reconocer el
cuerpo.
Petronila Neira, una joven de 20 años
de edad, había sido asesinada en uno de los episodios más terribles que la
ciudad recordara hasta ese momento, periodistas del periódico regional “El Sur”
junto a la policía darían con los autores del hecho y los detalles que lo
rodeaban
Petronila Neira era una joven
reparadora de calzado y ropa, “Costurera de conventillo” ya que vivía en uno en
precarias condiciones en la ciudad de Concepción (Chile) hasta el año de su
trágica muerte. A su corta edad, había llegado a Concepción escapando de su
pareja, un hombre mayor y ya bígamo que la amenazaba y hostigaba para que no
terminaran su relación, el hombre junto a un amigo, que se descubrió estaban
presentes en el momento del ilícito, se acusaron mutuamente siendo los dos
finalmente fusilados en el patíbulo de la comisaría de la ciudad. El terrible
caso de la joven conmocionó a la ciudad pero las circunstancias del
descubrimiento del hecho crearon un aura especial en la mujer, y es que la
laguna, de todas las vidas que había cobrado, no había devuelto cuerpo alguno,
y esta vez, no solo había devuelto un cuerpo bien conservado, sino además, un
cuerpo que flotaba atado a rocas.
Por creencias populares, la gente que
vive de manera difícil, sufriente, trabajadora y que termina con una muerte
trágica es de por sí considerada alguien providencial, un mártir, aun cuando
alguna gente dude de la reputación de ellos, el dolor y el sufrimiento abren un
enlace especial entre el cielo y los mortales al momento de la muerte. El hecho
de que el cuerpo de Petronila estuviese flotando junto a las piedras a las que
la ataron, dio a esto un plus adicional, este sería el primer milagro de muchos
que vendrían. La “Peta” como le llaman cariñosamente, es cumplidora y tierna.
Su tumba se emplaza en el cementerio
general de la ciudad, un verdadero altar de flores, velas y placas de
agradecimientos cuasi exvotos y a unas cuadras, enfrente de la laguna donde se
encontró el cuerpo, una animita donde los fieles van a prender velas y a
realizar rogatorias y aún a padecer dolor por la muerte de la joven. Este
espacio entre el cementerio y la animita, es el trayecto de la procesión que
celebra la historia de los hechos posteriores a encontrado el cuerpo, del cómo
se hace justicia y de la devoción que nace desde el hecho, cantos, bailes,
poesía, teatro, música.
La celebración a la “Santa” Petronila,
se realiza todos los años desde el 2001, cuando por iniciativa de un grupo de
actores llamados “Teatro Mendicantes” se crea la obra “Santa Petronila, Patrona
de los charlatanes teatro de masas” y se gana el financiamiento a través de lo
que ahora es el consejo nacional de la cultura y las artes, entidad
gubernamental pertinente en lo que es la cultura y su gestión, esto a partir de
la necesidad de difundir historia de la ciudad como parte de la construcción de
la identidad regional. Cabe mencionar, que el culto a la beata popular nace
poco después del deceso, ya que como se sabe, el primer milagro ocurre en
cuanto el cuerpo sale a flote para llamar la atención y reclamar justicia. Ya
más de un siglo, y con registro histórico de lo que fue la efervescencia del
suceso, la figura sacra por categorización popular sigue adoptando seguidores,
y la función del teatro de masas comenzó a cumplir la función de rito, de
celebración cultual, y la difusión de eso cultural, se elevó a la categoría de
procesión, cumpliendo el rol de arte para las masas y un lado sublime para los
creyentes de la “Peta”, quienes consideran la celebración como una verdadera
fiesta religiosa al estilo de cualquier virgen.
El hecho de que la procesión actual
haya nacido como una necesidad cultural y gracias al organismo de cultura, no
le quita el peso divino que tiene para los devotos o creyentes, como tampoco es
reconocida por la iglesia católica ni tampoco reconoce ápice alguno para el
trámite de la beatificación.
Después de todo, la celebración se lleva a cabo todos los años el día
domingo más cercano a la fecha de defunción de Petronila, normalmente la tercera
o cuarta semana de Octubre, con sol o lluvia “La Peta lo vale”.
De los lenguajes
En la procesión se presentan todos los
lenguajes, aun cuando está propuesto como obra que es teatro. Lenguaje visual,
verbal, corporal y sonoro conviven en la celebración, y lo hacen de manera
fluida, con una notoria estructura en lo que es su parte sonora y corporal, ya
que responden a guiones que a su vez responden a la intencionalidad[1].Narrativa
de la procesión. Esta procesión se compone de varias estaciones, las cuales
están constituidas por prosa, canto popular (como cuecas y cantos más rituales)
diálogos entre personajes (en la obra se caracterizan a dos periodistas
ficticios basados en los reales, a la pareja de Petronila y a su amigo, el
pueblo y un elemento netamente ficticio, que es la banda de músicos y los
bailarines que cargan una muela de oro, que es un elemento dentro del mito de
la historia, el relato menciona que las familiares al acercarse al cuerpo para
reconocerlo querían sustraer una muela de oro que tenía la mujer, y en la obra,
supuestamente los gitanos se la llevaron, los músicos y bailarines visten como
gitanos), todo es a viva voz y la música es con percusiones, platillos, bombos,
guitarras clásicas y panderos.
La procesión es para los habitantes
del lugar y para todo el que se acerque, la procesión cuenta la historia y hace
recordar la pasión de Cristo por lo narrativo y la división en estaciones, y
también los habitantes pueden ser parte del elenco, ya que en las preparaciones
se hacen convocatorias abiertas, haciendo que esta manifestación mute de un año
a otro por las maneras de interpretación diversas, la gente que va acompañando
a la procesión (creyentes) se mueven al ritmo de la música y dan gracias a la
santa por la gracia que tiene, muchos de los demás, que también se les puede
llamar devotos (esta vez del espectáculo mismo) también toman una postura para
relacionarse con la figura sacra, y aun no siendo creyentes, se refieren a ella
de la misma manera que los que si creen. Esto habla de dos dimensiones en
primera instancia de esta celebración, la primera que habla de la creencia
popular como vívida, y la segunda, que refiere a una devoción por la
celebración que toma ciertos matices eclesiásticos y los usa sin el sarcasmo ni
la ironía que pudiera parecer. Mucha gente ama a la figura mítica de Petronila
Neira, la vean o no como santa.
Sonoro-musical: Música en vivo,
percusiones, guitarras, trompetas, panderos, voces. En una mezcla de Folklore,
música al estilo balcánico/andino y boleros. Voces a viva voz con los diálogos
de los personajes que conforman la obra, prosa y dialogo sin ritmo poético,
voces que representan a la ciudad, familiares, amigos, oficiales de la
justicia, repartidores de diario, investigadores y sonidos naturales emulados
con las voces, sonidos de agua, aves, arboles al viento. La autoría de las
canciones son de los mismos directores-actores, al igual que el guión de base,
la danza responde a los tipos mencionado anteriormente y a bailes con pasos
reconocibles pero sin ninguna estructura reconocible, pero con una clara
intencionalidad de contextualizarlo en la realidad de la ciudad de los años 20,
la vestimenta corresponde a esto, y las maneras del lenguajes que apelan a un
uso antiguo.
La letra de las canciones pertenece al
guión de la obra, todo hace referencia a la historia de la protagonista, que en
este caso, es una muñeca vestida de luto de aproximadamente 50 cm de largo,
hecha a mano con ropa de verdad y con rostro de aislapol modelado y pintado a
mano.La palabra y la imagen también están presentes en todo momento, haciendo
referencia a lo verbal con respecto a la escritura, durante la procesión se
hacen circular grabados y panfletos similares a los de los periódicos antiguos,
y simulando la gráfica de la Lira popular específicamente que relatan lo
sucedido.
En esta situación se distingue una
jerarquía entre los actores y los músicos, y que aunque los músicos son imprescindibles,
la música es acompañamiento y tapa los momentos de no-dialogo, la acción está
siempre presente, los movimientos en danza y la peregrinación. Cuando los
personajes dialogan, la música se detiene, los movimientos se convierten en su
mayoría estáticos, y la voz toma el lugar principal. En cuanto a la distancia
de protagonistas y espectadores, es más que nada simbólica, ya que la gente que
está presente demarca de manera intuitiva los límites de espacio y movimiento o
intervención en la escena, rodea dejando en un espacio central a los actores y
juega el papel de guía para la peregrinación, la masa se convierte en una sola
que se mueve al tiempo, y que distingue dos partes homogéneas, el centro
colorido (vestimenta de los actores) y el resto de espectadores peregrinos, creyentes
y no creyentes en un mismo lugar de expectación.
En referencia a lo visual, las
vestimentas de la banda son coloridas, de todo tipo de colores, exagerando el
colorido de la vestimenta gitana, son todos varones y todos usan pañoleta; los hombres que acompañan
a la banda, también visten como gitanos, pero sin tanto colorido Bestones y
sombreros;Los inculpados que son llevados ante la justicia visten overoles,
como obreros de construcción, y las mujeres que representan al pueblo visten de
manera sobria, como de luto. Todo esto, apelando a la figura de los
charlatanes, estereotipo clásico de la clase baja antigua de la ciudad.
Los lenguajes, articulados de manera
eficaz, por si formulación basada en el teatro, deja nulo espacio vacío, la
romería a la santita se torna protagonista en las zonas de la trayectoria, ya
que como debemos mencionar, la peregrinación se lleva a cabo en varias zonas de
la región, apelando al sentido de difusión cultural con el que nace la
iniciativa, pero como mencionamos en los párrafos anteriores, está cargada del
credo que profesa el guión. Es importante aclarar, que en este sentido, la
romería no pertenece al plano de la feria, sino que casi netamente y en el
sentido formal a la categoría de espectáculo, ya que aunque los devotos
peregrinan al paso de la banda, una vez puesta en escena la marcha, los
espectadores son espectadores (siendo parte importante del escenario ya que lo
delimitan, y además cumplen el papel de pueblo – siendo pueblo-, no son parte
de los protagonistas). Esta relación “Espectacular” – en su sentido formal -de
la que hablamos es a partir de la definición de J. González Requena:
“…La puesta en relación de dos factores:
una determinada actividad que se ofrece y un determinado sujeto que
la contempla. Nace así el espectáculo, de la dialéctica de estos dos elementos
que se materializa en la forma de una relación espectacular. “
“…Interacción que surge de la
puesta en relación de un espectador y
de una exhibición que
se le ofrece.”[2]
En este aspecto, cobra sentido y a
manera de introducción, tomar a M. Azucena Colatarci cuando dice que por
pretender ser ellos mismos (hablando de la manifestación como producción
artística) se erijan como producciones con sentido y genuinas, pero esta vez,
sí creerán en la imagen que toman. Como veremos al desarrollar los siguientes
párrafos, esta suerte de carnaval, entrecruza la noción –voluntariamente – de
la producción de obra y la que propone la autora como lenguaje combinado
regional –haciendo un símil en este sentido-, ya que juega con las dos caras de
la recepción privilegiada, la deidad –nuestra santa- y el público. En la
romería de La Petronila, el privilegio transita entre los dos.[3]
De la composición, espacio y tiempo; Sobredel antes y después de la celebración
A primera vista se puede distinguir
dos grandes divisiones, que si bien es cierto, no responden a una jerarquía de
mando vertical, sí lo hacen con respecto a puntos de atención, la primera es el
grupo de actuantes, y el segundo es el del público.
En la primera parte hay tres jerarquías
con respecto a los actos que se desarrollan, referente a esto debemos hacer hincapié
en que las diferencias no son fácilmente reconocibles, ya que todos sus
elementos gozan de casi la misma cantidad o peso de acción en la escena, a cada
uno de ellos se le debe conceder especial atención. En primer lugar estarían
los investigadores “Tapia y Tapia”, que van destacando los hitos de la
historia, en un segundo lugar estarían los acusados “Retamal y Carrillo”, en un
tercer lugar estarían las mujeres, vecinas y “comadres”, divididas entre las
que acusan a Carrillo y las otras a Retamal, Luego viene la Banda que articula
sentido con la música a lo largo de la obra, y luego los demás hombres que
cargan con la utilería y actúan a la vez. En la segunda parte estaría el público,
también dividido en dos, los creyentes y los no creyentes, los dos se comportan
de manera similar ( esto responde a dos grandes razones, la primera es que
Petronila Neira sí existió y los datos de su muerte son verídicos, y una
segunda razón es que si bien es cierto, siempre se puede dudar de la categoría
sacra dada popularmente, es efectivo que se ha levantado una leyenda y mito
alrededor de “La Peta”, y eso significa que –si se quiere- la figura de la
muchacha es identitaria para la ciudad, incluso más de lo que se puede llegar a
suponer)
Otra categoría dentro de la instancia,
es el baile y la actuación, tan como la música y la voz, estas dos divisiones
si muestran una jerarquía más evidente, ya que aunque el baile articula la obra
en una entre las estaciones/escenas –como la música- es el diálogo el que narra
de manera explícita.
La procesión se realiza desde la tumba
misma de la santita, un verdadero altar, en la calle Sargento Aldeas con Andrés
Lamas, saliendo por la puerta principal, Rodolfo Briceño, Abtao, Jorge Montt,
Argomedo y Av, Veintiuno de Mayo hasta la animita emplazada al otro lado de la
laguna bordeándola y paralela a la Av, Veintiuno de Mayo.
La procesión se realiza en la mañana,
desde las 9-10am hasta las 12-13pm, y ha agenciado parte de la historia que en
algún momento se olvidó y cayó por décadas en el baúl de la memoria colectiva,
ha reformulado la interpretación del suceso, ha realizado un trabajo
resemantizador incluso. Retoma además, las nociones de la celebración popular y
le ha dado matices gitanescos a la procesión religiosa, característica especial
de la nueva forma de mixar estilos de música en las bandas contemporáneas en
Chile. La importancia de esta celebración, radica en el hecho de que es una
tradición que tiene ya un siglo, y esta reinterpretación renueva el aire de la
procesión penquista (gentilicio de los ciudadanos de Concepción), y
reestructura el valor cultual y expositivo de la esta devoción. Esta celebración,
realiza una invitación a un consumo libre, a una asistencia de doble faz, a un
“libre albedrío” en la recepción y en la práctica de la celebración.
No tiene sentido aquí hablar de
cotidianeidad, pero sí de un sentir consecuente en tanto a estas dos dimensiones
de la celebración que ya se han mencionado anteriormente, la procesión cada
año, durante la temporada pre-estival hasta el primer tercio de la misma, se
realiza en distintos lugares -siempre con la inauguración en su trayecto esencial
que es la tumba y su animita-pero siempre, los devotos tanto de la categoría
eclesiástica, como la de su categoría espectacular secular, están presentes,
con el llanto o la alegría, con las risas o las críticas, por el sentimiento a
la “Peta”, como por el sentimiento al quehacer cultural.
Aquí es importante volver sobre los
pasos, y recalcar que las dos dimensiones de la celebración – Ritual/artística-
comprenden en sí elementos del espectáculo que son innegables, y que teniendo
una dualidad que la celebración no intenta negar, ni ocultar, la manera en que
uno puede experienciar la celebración, fuera del credo (que dura todo el año)
responde también con la dualidad de la que también hicimos mención, y podemos
tomarla como algo anecdótico, o como eso que la intención de la celebración nos
pretende hacer tomar, como devotos (creyentes o no). Vale decir también que
como penquistas, Petronila Neira nos pertenece, y que de algún modo, es una
especie de antepasado y por ende, le pertenecemos.
La procesión, la comparsa o romería, es
la puesta en un podio de esta devoción que año tras año atrae más adeptos, es
la sublimación de la adoración popular y de la devoción de los charlatanes, es
la gran instancia de darle a la santa Petronila la pomposidad que merece al ser
tan cumplidora y cobradora. Año tras año, se pone en ejercicio la fiesta
popular de los gitanescos sonidos y de los peculiares actores al servicio de
los pobladores, y que reciben a “mirones”, espectadores, consumidores de arte y
devotos serios, la manifestación cultual desde los actores –creyentes y no
creyentes, pobladores o no pobladores- a los consumidores también cultuales
creyentes y no creyentes, pobladores o no pobladores. La historia devino mito y
simultáneamente culto, el culto devino rito y el rito se convirtió en una
manifestación que trascendió lo meramente religioso, por lo que es posible
hablar de una fiesta cultural que además y no menor, consciente de su
construcción cultural.
Es evidente que la celebración a la
santa Petronila contiene en sí, los elementos necesarios para hablar con
propiedad de un rito cultual a nivel cultural y religioso, re significa,
reinterpreta, reafirma el efecto en el público, año tras año son más los
asistentes a las romerías, y no importa el lugar donde se hace la procesión, la
Petronila es celebrada como una de las más solemnes figuras, su historia es
difundida, y su creencia muchas veces aceptada (ganando lugar de credo en el
terreno del catolicismo o de la santería religiosa que no se atiene a los
cánones del método de la religión que profese el nuevo devoto)
Post experiencia
La experiencia de la procesión es
efectiva en dos categorías mencionadas en párrafos anteriores, para los
creyentes y para los que no lo son. Estos dos estadios de relación con la
procesión están íntimamente ligados no solo a una esencia religioso-animista,
sino que además, está ligado desde su producción a una intención regionalista,
a un enlace de los ciudadanos con su cultura popular, con la tradición y las
prácticas propias en relación a ciertas condiciones espirituales. Es difícil
hacer una distancia completa en la experiencia propia cuando se es espectador,
creyente o no, se está presenciando una manifestación que es tan propia del
lugar, de un descendiente directo del linaje de las manifestaciones y leyendas
urbanas penquistas (gentilicio del ciudadano de Concepción), seas o no
ciudadano, te impregnas del lugar a través de esta suerte de carnaval, además
de ser partícipe de una manera pintoresca de recreación del asesinato y la
pseudo-canonización de la víctima, una manera que se repite cada año, un ritual
insigne del Concepción fiel y popular.
La procesión como proyecto, además de
ser abierto al público en un lugar abierto, también brinda la posibilidad de
ser participe activo de ella como parte de la producción, muchos de los fieles
han sido actores del espectáculo. Esto da luces de que si bien, la producción
cultural de la ciudad sigue teniendo directrices administrativas marcadas para
poder llevarse a cabo a través de financiamiento gubernamental, es un intento
más intimista de los gestores por dar un espacio de difusión de un relato
ciudadano antiguo, con la posibilidad de participación también algo más íntima
de parte del penquista, intima en tanto que si eres feligrés puedes ser parte
de ella tanto como público participante, como de actor. Probablemente este tipo
de situaciones acorten las distancias que existen entre manifestaciones de neto
espectáculo, a una verdadera vivencia ritual en una procesión que tiene
feligreses creyentes y no creyentes, que es una de las características
llamativas de esta fecha. Finalmente, la Petronila Neira tiene devotos laicos y
cristianos y sus entremedios indecisos, la procesión muestra un afecto general,
un seguimiento cuasi familiar, como si el funeral fuese en ese preciso momento,
como si Petronila fuera la occisa familiar de todos los asistentes, el paseo
del cuerpo y el estremecimiento al conocer la historia de la muerte no deja de
lado a nadie. La Petronila se hace presente desde el momento de su hallazgo hasta
el encuentro de la justicia, su ascensión, el ritual es a cabalidad ritual y
finalmente, todos somos creyentes.
Bibliografía
De los
lenguajes combinados regionales a la producción artística;
Colatarci, María Azucena; Segundas jornadas de intercambio artístico, Dpto.
Artes visuales P.P Iuna. Junio 2003.
Introducción
a una teoría del espectáculo. González Requena, Jesús.
Diario El Sur, 26 Octubre 1910.
Edición digital.
Linkografía
Imágenes en
portafolios web de Alvaro Salazar
[1] De los lenguajes combinados regionales a la producción artística;
Colatarci, María Azucena; Segundas jornadas de intercambio artístico, Dpto.
Artes visuales P.P Iuna. Junio 2003.
[2] “Introducción a una teoría del espectáculo”. González Requena,
Jesús.
[3]“De los lenguajes combinados
regionales a la producción artística” Colatarci, María Azucena; Segundas jornadas de intercambio artístico, Dpto. Artes visuales
P.P Iuna. Junio 2003.